lunes, 17 de marzo de 2014

¿Qué escuela queremos para la sociedad en la que vivimos?

       Después de investigar y documentarme a través de profesionales, profesores y pedagogos, podemos acercarnos a la respuesta de la pregunta de nuestro proyecto. Francesco Tonucci apuesta por una escuela pública para todos, transformar una escuela donde el niño se sienta bien y a gusto, estoy totalmente de acuerdo con este pensamiento ya que todos tenemos el ejemplo en nuestros propios hogares, todos intentamos tener una casa, lo más bonita que podamos y a nuestro gusto, lo mismo debemos hacer con la escuela, un sitio bello, lleno de cosas que estimulen a los niños y que se sientan como en casa, ya que estarán quizás más tiempo en la escuela que en su hogar.




      Crear una escuela que escuche a los niños, sus pensamientos es lo más importante y sus logros nuestros triunfos porque nunca dejamos de aprender, y debe ser reciproco. Pero a los niños de nuestra escuela nos gustaría motivarlos de otra manera a la actual y con un horario más flexible con unos contenidos menos dogmáticos, con una libertad de cambiar de aula, tenemos que hacer que el niño confíe en sí mismo, y así no tendrá dudas en cada paso que dé en la vida. Una escuela donde nuestros niños y niñas son diferentes e irrepetibles, sin educar bajo la competencia, en la escuela que queremos la educación no es su sinónimo, allí se abarca mucho más.



       Sabemos que desde que nacemos somos creativos, inquietos, queremos aprender, debemos animarlos y motivarlos a seguir así, jamás frustrarlos desde el primer momento que entran por la puesta de nuestra escuela, serán valorados e individualizados. No solo debemos a llegar a entender la realidad, si no que tenemos que transformarla, tenemos que lograr que esto ocurra, aprovechar nuestros fallos para poder avanzar y aprender de ellos. Tenemos que buscar ideas, hacerlo de otra manera para no conseguir lo mismo, no podemos esperar a que venga una nueva ley, debemos hacerlo entre todos los podemos conseguir.



Mi PLE Personal

domingo, 9 de marzo de 2014

¿Aprender es un deber o primordialmente un derecho?

¿Aprender es un deber o primordialmente un derecho? Una sociedad moderna y avanzada en la que vivimos hoy, necesita democratizar el éxito escolar. Toda ciudadanía sin excepciones tiene derecho a estar en condiciones de participar en la vida de su comunidad impulsando prosperidad a esta y gozando personalmente del reparto de sus beneficios. Y en medio de todo este cambio, aparece un Gobierno que impone una Ley (LOMCE) que según ellos es un sistema educativo para mejorar los resultados académicos y sí es cierto que necesitamos dar un cambio, pero ¿qué tipo cambio? ¿entramos todos dentro del cambio? La LOMCE es sin duda una ley segregadora y excluyente, y podemos basarnos en mucho criterios para demostrar que esto es verdad. La necesidad de quedar bien en las pruebas de la OCDE hace que se excluyan a los que no tienen el mismo nivel intelectual por miles de causas y los deja atrás, quiere acabar con las escuelas públicas, olvidan la relación entre la evaluación y el aprendizaje, cuando no está realmente claro si los conocimientos se demuestran tras un examen ni realmente se sabe lo que se mide. Con esta nueva ley se separan ambos sexos, se impone una religión, y olvidan la relación entre la innovación y el desarrollo de conocimientos dando un paso atrás en el tiempo, colocándonos en la época de los años sesenta del siglo pasado. En definitiva olvidan que tener un buen sistema educativo es el medio para alcanzar el fin que la formación de toda la sociedad.