domingo, 20 de abril de 2014

¿Se puede saber ser Maestro antes de serlo?


    Quizás con esta nueva entrada a mi blog provoca grandes desacuerdos entre los que puedan llegar a leerlo, cada cual tiene sus ideas y pensamientos, y lo importante es argumentarlo o confiar en lo que se dice, quizás algunos aprendan al igual que yo pueda llegar a aprender de las críticas de los demás, y no me importa, tengo la madurez suficiente para afrontarlo.
     Siempre he respetado todas las profesiones, para mi todas son dignas, por suerte o por desgracia he tocado muchas de ellas, algunas he llegado hasta amarlas, otras a odiarlas y otras simplemente lo hacia porque tenia que ganar dinero para vivir debido a las circunstancias y aquí esta la diferencia, quizás esto es lo que lleva a un ser humano a ser plenamente feliz o no.
     He tenido muchas etapas vividas a pesar de mis 29 años, pero comencé con 16, creo que ya ha llovido. Pero en el fondo todo este tiempo he tenido una fuerza interior que me pedía estar donde hoy estoy, fuerza, que ha superado mis miedos, mis escusas e incluso mis problemas. 




     
    Actualmente trabajo en un centro comercial, hace unos días, sin ir más lejos, en la hora de la merienda donde nos juntamos unos cuantos, una trabajadora, la cual conozco de muy poco comenzó a criticar la profesión de su sobrina, decía que tenia "mucha cara", que tenia muchas vacaciones, que estaba "forrada" de dinero e incluso hablaba de su trabajo como si a la muchacha le hubiese llovido del cielo aquello o no tuviese mérito lo que hacia, despreciando de manera agresiva su persona, su carrera, sus oposiciones y su esfuerzo, y eso que era su tía la que hablaba. Pienso que ya os imagináis de la profesión de la que hablo, la más criticada de todas sin duda, pero para mi, la más bonita del mundo, ella era maestra. 
   Sin embargo no paraba de compararla con su hija, enfermera, que trabajaba en un hospital privado, porque yo no se quien de su familia tenia mano (enchufe), no quise entrar en ese tema, pero llegó un momento, en el cual no pude callar más. Y le dije, con mucha educación, que toda profesión era digna, pero que de la profesión que ejercía su sobrina, salían todas las profesiones y que no era tan fácil sacarse una carrera y unas oposiciones, y quien lo diga es que jamás ha vivido o convivido esto en su persona o cerca de ella.
La mujer más se violentó porque más la comparaba con su hija, y yo le dije que el principal error de la gente es comparar y no valorar todo lo que cada uno aporta con su profesión, pienso que educar y enseñar a leer y a escribir a un niño, por ejemplo, es imprescindible para la vida y todo es un puro milagro. Cada uno venimos con una labor que hacer en este mundo, no hay que despreciar a nadie. 
Finalmente, le dije que entonces que el que quiera ser maestro que estudie, que se prepare y que lo viva, estoy muy harta de escuchar eso una y otra vez, hablar mal de esta carrera y después de la profesión, que no se valore el gran trabajo que algunas personas hacen detrás de cada muro de un colegio. 
  





    En este nuevo proyecto que nos propone nuestro profesor Miguel Sola existen varios documentos que el mismo nos ha facilitado que hablan entre lineas de este tema, y tienen toda la razón, ¿Cómo no vamos a estar desmotivados a veces?, entre las críticas, los recortes y lo que nos desvaloran. 

  Puede ser que existan maestros y profesores que se queden estancados en la carrera o en una metodología antigua que aburran a los alumnos, que los desmotiven o les haga perder el tiempo, por otro lado pienso que si es cierto que creo que vivimos una época de falta de vocaciones, dónde muchas veces prima el encontrar un trabajo, el que sea, por encima de todo, si llegar a él resulta menos complicado que a otros objetivos meramente profesionales. 
Pero frente a esto, hay montones de maestros entregados de verdad y de aspirantes a maestro como yo, que sentimos esta profesión y luchamos cada día para aprender y saber como podemos hacerlo, con una ilusión indescriptible, otros veteranos en esta que siguen formándose y luchando por no quedarse atrás, adaptándose a la era digital donde nos encontramos y como dice Ángel Pérez somos más necesarios que nunca, pero no para transmitir información solamente, si no a ayudar a aprender, a construir su propio conocimiento en un mundo tan cambiante. Nuestra tarea ha de ser la de ser guías del aprendizaje personalizado el cual haga de ellos personas capaces de enfrentarse a sus vidas, tenemos que saber motivarlos y que nos apasione el hecho de despertar en ellos la ilusión y el sentir de verdad que quieren aprender. 




 
    Sé de buena mano que  pasar una oposición, o conseguir una simple entrevista de trabajo en un colegio privado o concertado, puede convertirse en una tarea muy complicada. ¿Por qué nos critican tanto? 
Considero que muchas de las cualidades y características personales que nos llevaron en su día a emprender este sueño, tan bello como sacrificado y sincero, deberían ser tenidas en cuenta en cualquier proceso selectivo, al igual que creo que las cosas cambiarían un poco cuando nos valoren y nos respeten más tanto a los aspirantes a ser maestros como a los que los que ya lo son.

    Centrándonos en la pregunta de este proyecto puedo opinar que no se puede saber ser maestro, pero pienso que dentro de cada uno que sentimos esta profesión debemos tener unas cualidades y características similares las cuales enfocan a ser la persona que el día de mañana cuando se forme y llegue a ejercer pueda llegar a ser un buen docente, que por supuesto no es tarea fácil.
Los rasgos y características que considero más importantes en este "perfil" deseado, por llamarlo de alguna manera, centrándonos sobre todo en Primaria serían los siguientes:

Cordialidad y cercanía
En primer lugar y si nos planteamos el papel del maestro incluso desde su primer encuentro con los que van a ser sus alumnos, no hay que olvidar que se va a encontrar con niños “expectantes”, algunos hasta ligeramente asustados ante el posible cambio de maestro, del que muchas veces no saben nada, en el nuevo curso que van a comenzar por ello estas dos características son imprescindibles.







Entereza y autoridad
El respeto que va a ser necesario en la educación global de los niños, tiene que mantenerse siempre como referente por parte del docente, y aunque éste habrá de ser mutuo, será el maestro, especialmente en los primeros cursos, quién tendrá que establecer los límites en el aula; y, para ello tendrá que saber mantenerse firme cuando sea necesario y cuando la distinción de su rol corra peligro, por supuesto, siempre lejos de cualquier signo de violencia.







Paciencia
El maestro ha de ser paciente. Una de las bases de la educación actual es que no hay dos niños iguales. Sus ritmo de trabajo y sus comportamientos pueden ser diferentes.  Nuestro apoyo ha de ser firme y constante y nunca tenemos que dar nada por perdido ni mostrarles una falta de confianza hacia ellos.








Entusiasmo y entrega

Aun acercándonos mucho a un rasgo profesional, yo hablaría aquí incluso de vocación. El maestro debe mostrar entusiasmo y entrega en su trabajo diario porque su materia de trabajo es lo más sensible del mundo, los niños. Pienso que si un maestro tiene vocación, su profesión le entusiasmará y se entregará al máximo y, como decía hace un momento, la paciencia no será algo que tenga que forzar artificialmente, porque estará cumpliendo una función que le llena.







Humildad
Antes hablaba de respeto y autoridad, y es evidente que se van a dar momentos donde estos rasgos son muy necesarios, como ya hemos visto. Pero al igual que contraponía dichos rasgos con la simpatía, para mantener un equilibrio correcto, también hay que saber ser humildes cuando sea pertinente.
La humildad puede ser hasta positiva para mantener el respeto y la autoridad, porque aumentará la confianza de los niños en su maestro como referente en el aula, que también es humano y también se equivoca.





Creatividad y decisión
Son dos rasgos diferentes, pero he preferido comentarlos juntos, porque de nada le sirve a un maestro ser creativo a la hora de enfrentarse a situaciones de difícil solución o de hacer propuestas didácticas interesantes, si no tiene la capacidad de decisión suficiente como para llevarlas a cabo.











Ser abierto y reflexivo
Al igual que es importante la creatividad cuando las buenas ideas parten de él, no siempre va a ser así, sino que, por el contrario, el maestro va a ser el receptor de ideas creativas, a veces aparentemente disparatadas, pero no por ello y en todos los casos faltas de interés. En estos casos es importante que se muestre abierto y reflexivo para valorar la viabilidad de las ideas propuestas antes de descartarlas de entrada.









Capacidad de trabajo
Hay que romper con el tópico de que el trabajo de maestro es una tarea fácil. Nunca debería haberlo sido. Estamos, o deberíamos estar, lejos del maestro que se sentaba o se sienta en la mesa a leer el periódico o, en su versión moderna, a navegar o “naufragar” por Internet, con temas personales o ajenos a su función docente, mientras los niños hacen sus tareas, sin preocuparse de las necesidades individuales de cada uno de ellos. Aún durante las tareas individuales, siempre requieren de nuestra observación y apoyo, y eso no quiere decir que en un momento dado no podamos hacer simultáneamente otras tareas que nuestro trabajo requiere, como el de buscar información o datos para enriquecer una próxima explicación, corregir ejercicios, planificar la siguiente clase, etc. pero, siempre, sin dejar de estar pendientes de la clase. Aparte de esto, muchas veces, tendremos que trabajar en casa. ¿Cuál es el problema? Se supone que nos gusta lo que hacemos y tenemos que disfrutar con ello. Yo no concibo, cuando tenga la fortuna de ser tutora de un grupo de primaria, no estar deseando investigar “dentro y fuera del colegio” para mejorarme a mí misma y a mis alumnos/as…






   En conclusión a lo largo de este viaje en tren empezando por los estudios de magisterio, el futuro maestro/a habrá adquirido muchos conocimientos, tanto prácticos como teóricos, pero estos no siempre serán suficientes. Además de una lógica y continua labor de recordatorio para mantener frescos sus conocimientos, el futuro maestro/a deberá tener una adecuada predisposición a continuar formándose, prácticamente de forma ininterrumpida. No creo que se nazca sabiendo, solo pienso que existe una fuerza en cada uno de nosotros que nos lleva a hacia una aspiración o un deber, una fuerza inexplicable que hace llegar a ser lo que somos, desde la limpiadora de un supermercado que lucha por sacar adelante a su familia, pasando por la cajera de cualquier centro comercial la cual adora su trabajo, por el cartero de cualquier barrio , abogado o profesor.





Pienso que todos aportamos algo en este mundo y ninguna profesión es menos digna que otra. Los seres humanos tenemos la capacidad de crear, tenemos la capacidad de descubrir, de luchar y aprender. Podemos hacer verdaderos milagros, buscar nuestras aspiraciones y sueños pueden ser dificiles pero no imposibles, solo hay que sentirlo y buscar bien la receta para llegar a ser lo que esa fuerza interior nos pide SER.






1 comentario:

  1. Buen trabajo, Esther. Es una larga reflexión acerca de los rasgos personales que en tu opinión debe poseer la maestra para hacer bien su trabajo. No dudo que todos son rasgos deseables, ni mucho menos. Si todos los maestros los poseyeran no estaríamos hablando de la profesión docente en los te´reinos en que lo hacemos. El caso es que también sirven para muchas otras ocupaciones, no solo el magisterio, y por otra parte, ¿qué pasa si a pesar de ser deseables no están presentes en la personalidad de algún maestro o de alguna maestra? Por ejemplo, volviendo al famoso tópico de la vocación, "si un maestro tiene vocación, su profesión le entusiasmará y se entregará al máximo"… Vale, ¿y si no la tiene? ¿es una excusa para no entregarse al máximo? Si no le entusiasma porque no tiene vocación ¿está dispensado de entregarse? ¿explica la falta de vocación la falta de profesionalidad? Y aún más serio: ¿todas las maestras que dicen ser vocacionales son "buenas" maestras? ¿basta con tener vocación para ser un buen profesional? ¿se puede sentir vocación y ser un mal maestro?
    Pues estas preguntas y muchas más se pueden aplicar a cada uno de los rasgos que enumeras.
    Desde luego que si se es sincero, creativo, paciente, capaz, abierto, decidido, reflexivo… se tienen muchas características positivas para ser un buen maestro, como para ser un buen médico, abogado, linotipista o soldador, porque son características de la personalidad que hacen fácil la vida en sociedad, la relación entre humanos. Pero la capacidad de ser maestro estriba en la formación y en la responsabilidad social que se adquiere.
    Está bien que sigas pensando sobre todos estos asuntos. En eso consiste formarse, en tener ideas, someterlas al contraste (lecturas, visionados, charlas, discusiones…) e ir poco a poco descubriendo si las ideas iniciales se afianzan, se modifican o incluso se rechazan para ser sustituidas por otras.
    Buen trabajo. enhorabuena.

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